Cloruro en el Agua Potable: ¿Es Peligroso?
¿Qué es el Cloruro?
El cloruro (Cl⁻) es un anión natural presente en prácticamente todas las fuentes de agua superficial y subterránea. Se encuentra comúnmente como parte de sales como el cloruro de sodio, calcio o magnesio. Puede ingresar al agua potable a través de la disolución natural de minerales, la intrusión salina, el uso de sal en carreteras o la descarga de aguas residuales domésticas e industriales.
¿Cómo llega al agua potable?
Las fuentes naturales incluyen suelos salinos o depósitos geológicos. Sin embargo, en zonas urbanas, los vertidos industriales, aguas residuales domésticas y el uso de deshielantes con sal son las principales causas del aumento de cloruro en cuerpos de agua. Por ejemplo, en ciudades con alta actividad industrial, los niveles pueden superar ampliamente los de áreas rurales.
¿Qué efectos puede tener en la salud?
El cloruro no es considerado un riesgo para la salud humana en concentraciones habituales. De hecho, es un electrolito esencial para el equilibrio de fluidos del cuerpo humano. Solo en personas con condiciones específicas, como insuficiencia cardíaca congestiva, un consumo excesivo podría ser problemático.
¿Cuánto cloruro es demasiado?
No existe un valor guía basado en la salud para el cloruro en el agua potable. Sin embargo, desde el punto de vista organoléptico (sabor), la OMS señala que concentraciones por encima de 250 mg/L pueden dar un sabor salado al agua, lo que puede afectar su aceptabilidad, aunque muchas personas llegan a acostumbrarse. El BOE establece un límite máximo de 250 mg/L.
¿Qué impactos puede tener sobre el sistema?
Altas concentraciones de cloruro pueden corroer las tuberías metálicas, provocando la liberación de metales como plomo o cobre al agua, especialmente en redes antiguas. Además, favorece la corrosión por picadura, afectando la infraestructura hidráulica y aumentando el riesgo de contaminaciones secundarias.
¿Cómo se puede eliminar el cloruro del agua?
Eliminar cloruro del agua es técnicamente complejo debido a su alta solubilidad y no biodegradabilidad. Las tecnologías más eficaces incluyen:
- Ósmosis inversa
- Electrodiálisis
- Adsorción con materiales específicos
- Precipitación química con metales
Conclusión
Aunque el cloruro no representa un peligro directo para la salud humana en las concentraciones habitualmente encontradas en el agua potable, puede afectar el sabor del agua y dañar las infraestructuras si se encuentra en niveles elevados. Por ello, es importante su monitoreo constante y la prevención de fuentes antropogénicas de contaminación.